Fenicios,egipcios,etruscos,y
romanos trataron de incluir en los maxilares piezas sostenidas por
bandas de oro,hilos trozos de animales y aún partes de su propio
cuerpo.
En
Argelia se descubre hace 10.000 años el cráneo de Faid Suar con una
falange implantada en el maxilar (foto)
Así
las cosas hasta el medioevo en que comienza a hablarse de trasplantes
dentarios (Ambrosio Paré 1517-1590).
Louis
Guyon 1619 habla de reponer un diente por otro ligándolo a el
contiguo y convalida el éxito de esta intervención que luego
practica Pierre Fauchard en 1720 según relato del primer articulo,
acusando resultados auspiciosos en una intervención que luego seria
juzgada como cruel e inmoral. Aducían que se aprovechaba de la
necesidad de los pobres para satisfacer la vanidad de los ricos.
Ademas comenzaron a tomar en cuenta la transmisión de enfermedades
como la sífilis mas allá de las infecciones.
Lefoulon
critica severamente el trasplante de dientes 1841 considerándo que se trata de comprar el diente sano de
una persona que consiente por necesidad a esa mutilación.
Varios
autores comenzaron en el siglo XIX a colocar implantes de diversos
materiales (cito a Araldo A Ritacco nuevamente) con Magliolo en 1809
oro; platino emplomado Harris 1887; plomo Berry 1888; platino Lewis
1889; plata Payne 1901).
Todos
ellos con formas semejantes a la raíz dentaria, espiga o pivote.
Fracasan
todos por la reacción del epitelio de la mucosa que se invagina y
los expulsa como a un cuerpo extraño con infecciones,
supuraciones, movilidades.
En
1867 Joseph Lister considerado el fundador de la cirugía aséptica,
introduce el fenol como antiséptico en la cirugía. Se le debe la
invención del catgut y el drenaje de las heridas con tubos de goma
estériles. Indicaba también el uso de desinfectantes para las
heridas, instrumental y manos de cirujano.
Fue
Roentgen en 1895 quien a través de la radiología dio la
posibilidad de tomar conocimiento del espacio óseo disponible y
acceder con éxito al interior del hueso.
Aparecieron
las consecuencias derivadas de la corrosión de los metales usados en
los implantes como la acción electrolítica en los humores
corporales (Lambotte1909) que producían toxicidad, alteración de la
reproducción celular, detención del desarrollo óseo, osteítis
rarefaciente.
Los
metales con diferente potencial eléctrico al del hueso tienen
reacciones de intolerancia y los más cercanos al del hueso son los
que no lo afectan.
Hubo
que conocer mas acerca del comportamiento de los elementos colocados
en el hueso y de la reacción de este al contacto con cuerpos
extraños para que la historia comenzara a cambiar.